Si la caldera es individual, será el propietario de la vivienda el que deberá encargarse de purgar los radiadores y avisar a su empresa mantenedora para que revise el funcionamiento de la caldera, detectando posibles fallos y dándoles solución.
Pero, ¿y si la caldera es comunitaria?, ¿quién se encarga del mantenimiento de la calefacción y a quién debe de acudir en caso de problemas?
El RITE, Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios, establece que la responsabilidad será del titular de la instalación térmica (en este caso la comunidad de propietarios) que, a través de su administrador, deberá encargar el mantenimiento a una empresa habilitada para ello. También será la comunidad la responsable de encargar las inspecciones obligatorias, así como de que se conserve toda la documentación.
Sin embargo, pueden existir excepciones que eximan a la comunidad de las reparaciones de la calefacción en una vivienda particular. En algunos bloques de vecinos y, especialmente, en las grandes mancomunidades, puede haber una serie de requisitos y normas relativas a la calefacción, uso y modificaciones. El propietario debe ceñirse a estas, sobre todo en el caso de realizar reformas en su hogar y modificar la instalación en alguna medida (cambio o ampliación de elementos en los radiadores, sustitución de piezas, etc.).
La empresa encargada del mantenimiento de la caldera y la calefacción comunitaria (o en su defecto, el administrador) debe informar al respecto e, incluso, facilitar el contacto con aquellos profesionales de confianza que puedan realizar los cambios atendiendo a las especificaciones mencionadas.
En caso de que el propietario no cumpla con estas normas, la comunidad podría negarse a realizar la reparación o establecer un precio por la misma.
Además, cabe recordar que durante el periodo de uso de la calefacción central es más complicado llevar a cabo reparaciones. De hecho, este tipo de operaciones se hacen en verano, mientras la caldera está apagada y el circuito de la instalación ha sido vaciado. Y son muchas las mancomunidades e inmuebles con calefacción central que realizan una pequeña prueba de funcionamiento antes del encendido definitivo, con el objetivo de subsanar estas deficiencias.
Cualquier reparación en los meses de invierno también puede suponer un gasto extra, además de una incomodidad para todos los vecinos.
En ISTA siempre recomendamos seguir las indicaciones de las empresas mantenedoras, ya que son las que conocen el funcionamiento del sistema de calefacción y velan porque este se mantenga en buen estado. Cualquier cambio o modificación, incluso aquellas pensadas para mejorar la eficiencia energética en el hogar (y evitar el despilfarro de energía) como la instalación de válvulas termostáticas, debe ser consultada previamente.
Además, siempre se debe de contar con profesionales cualificados, capaces de hacer frente a los requerimientos de la comunidad de propietarios. De esta manera se evitarán problemas en el futuro.