Actuar sobre la envolvente con un buen sistema de aislamiento es clave para disminuir la demanda de energía que el edificio precisará para mantener una temperatura de confort en su interior, en invierno y en verano. Cuanto menos se precisen los sistemas de climatización, mejor será el comportamiento energético y medioambiental del edificio.
Las instalaciones también son clave. Una caldera eficiente, un innovador sistema de aerotermia o unas placas solares en la cubierta de nuestro edificio nos ayudarán a tener un consumo energético más limpio y racional.
También los componentes, como repartidores de costes, válvulas termostáticas, instalaciones domóticas o contadores inteligentes nos facilitarán un ahorro de energía que se traducirá inmediatamente en una disminución de la factura energética.
Los profesionales del sector, arquitectos, ingenieros y técnicos han comprendido que solo la suma de todas las intervenciones en un edificio dará como resultado un edificio de consumo casi cero, que cumpla con los objetivos de descarbonización planteados por la Unión Europea.
Recientemente se ha presentado el informe “La descarbonización del sector residencial en España: el papel de la instalación eléctrica en la vivienda”, realizado por el Observatorio de Rehabilitación Eléctrica de la Vivienda en España (OREVE).
El estudio, realizado a partir de los datos proporcionados en encuestas a 1.223 propietarios revela que el 71,7% de las personas propietarias de viviendas desconoce qué es y qué implica la transición energética y que tan solo un 12,1% lo identifica con el cambio de modelo energético en el hogar.
Así que mientras la industria realiza labores de lobby y trata de convencer a los usuarios de las ventajas de la instalación de unas ventanas completamente herméticas o una bomba de calor de última generación, los ciudadanos, en su mayoría, reconocen que no saben cómo hacer para que sus viviendas sean más eficientes, confortables y sostenibles.
Desde ISTA creemos que cuantas más medidas de eficiencia energética, ya sean pasivas como el aislamiento, activas como una caldera de calefacción o de control del consumo como los repartidores de costes, mejor será el resultado final. La decisión no debe ser, en ningún caso, entre actuar sobre la envolvente o sobre las instalaciones, sino llevar a cabo una rehabilitación para convertir una vivienda ineficiente, en una ahorradora de energía.
También compartimos con OREVE la necesidad de un cambio en la comunicación hacia la ciudadanía, enfatizando la importancia de la transición energética en la vivienda, junto con medidas de impulso y propuestas restrictivas que fomenten la rehabilitación integral de las viviendas.
El papel de los profesionales -administradores de fincas, empresas de reformas y rehabilitación e instaladores- también será clave para recomendar la opción más oportuna para cada momento, así como las subvenciones o las tarifas especiales a las que cada comunidad pueda acogerse.
Es el caso de la Tarifa TUR4, indefinida si se instalan repartidores de costes, y que podrá suponer, si se contrata, ahorros de hasta un 40% en el precio del kWh
