Celebración agridulce del Día Mundial de la Eficiencia Energética

La eficiencia energética nos permitirá también no sobrepasar el límite de 2ºC de aumento de la temperatura fijado para evitar un ‘cambio climático peligroso’.

Pero para llevar a la práctica lo que sobre el papel parece tan evidente hace falta un marco estable y una normativa que promueva diversas actuaciones de eficiencia energética que no acaban de concretarse.

Hace tan sólo unos días conocíamos que el Anteproyecto deLey de Cambio Climático y Transición Energética, aprobado por el Consejo de Ministros había dejado fuera cualquier referencia a la edificación, que sí recogían los borradores circulados anteriormente.

Es cierto que la citada Ley se acompaña de la Estrategia de Transición Justa y va de la mano del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que sí aporta cifras concretas sobre edificación (prevé un ritmo anual medio de rehabilitación energética de 120.000 viviendas en la próxima década), pero el sector se ha quedado mudo y sin respuesta ante las omisiones del Anteproyecto.

Otro de los epígrafes que el Anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética olvida respecto a los borradores que habíamos conocido es el de la instalación de sistemas de control, regulación y gestión energética, así como de contadores de energía, o en su caso, repartidores de costes para instalaciones centralizadas de calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria.

Es difícil de entender en tanto en cuantola contabilización individual de calefacción en edificios con calefacción centralizada es, posiblemente, la iniciativa de eficiencia energética más rentable de cuantas existen, considerando el enorme potencial de ahorro y la escasa inversión necesaria para el usuario final.

Esta medida facilitará que, en España, 1,2 millones de viviendas puedan ahorrar una media del 20% en su gasto en calefacción, unos 210 euros anuales por vivienda. Diferentes estudios así lo corroboran.

Hablamos no sólo de un ahorro estimado de 230 millones de euros al año en calefacción, sino también de la reducción de emisiones en un millón de toneladas de CO2 anuales y la creación de 3.000 puestos de trabajo estables.

Así que a la espera de la publicación antes de las próximas elecciones del Real Decreto que regulará la obligatoriedad de contabilizar los consumos de calefacción central de forma individual celebramos este día Mundial de la Eficiencia Energética con escepticismo y conscientes de que el sector de la edificación, hablando de eficiencia energética, presenta todavía más sombras que luces.